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La vida

La vida, el bien supremo Propósito total en si misma Siempre vivimos en el conflicto entre Ser y NO ser (To be or not to be). Tener y No Tener, Estar y No Estar.   Nos construirnos a nosotros mismos en relación con los otros Buscamos realizar nuestras necesidades humanas en armonía, pero cuando la vida se trunca de un momento a otro, cuando de manera prematura la vida se nos escapa como el agua entre los dedos, nos queda un sabor amargo por todo lo que pudo haber sido y ya no será jamás. La boca se nos seca y un puñado de alfileres nos atasca la garganta. Parece que ya no nos queda nada más por decir. Todas las palabras se quedan cortas y cae nuestra cabeza acompañando el sollozo. Pero la vida no se detiene muy a pesar de lo que podamos pensar o sentir. No nos queda más que valorar lo vivido, poco o mucho, ese es tal vez el mayor acto de gratitud al autor y consumador de la vida.  La vida es tan hermosa como dura. Es una carrera de resistencia, no de velocidad,

El sentido del Dolor

  [i] “No podemos perder Ni a uno más” El dolor llega a nuestras vidas con frecuencia sin avisar, de repente, en silencio y justo por eso nos afecta tanto. Cuanto quisiéramos que el dolor no existiera, o que por lo menos no llegara a nuestras vidas. Todos evitamos situaciones de dolor cuando podemos hacerlo, pero cuando no nos queda más opción que enfrentar el dolor y a veces acompañado por la angustia sobre el futuro, necesitamos acudir a la búsqueda de sentido para el dolor más grande que no es otro, que el de “uno”.   Pero no es para nada fácil ni rápido encontrarle sentido a una circunstancia tan oscura y dolorosa como la muerte prematura. ¿Qué sentido puede tener que la vida se trunque en plena primavera? ¿Qué sentido puede tener el peor sufrimiento que se pueda experimentar en un campo de concentración en una cárcel inhumana nazi? ¿Qué sentido puede tener la injusticia en el mundo? A todas estas situaciones la respuesta es siempre la misma, No tienen ningún un sen

Hay silencios

  Hay silencios sórdidos inertes , muertos ,como plastificados en el tiempo. Hay silencios sublimes que te permiten saborear buenos momentos o meditar en reflexiones profundas. Hay silencios muy inquietos que dibujan palabras con los ojos abiertos mientras permaneces en un abrazo que pronto termina en habladurías vanas.  Hay silencios que duran largo tiempo, porque te remontan hasta la niñez y te inundan de nostalgia Hay también silencios cargados de pasión sudorosa, que te despiertan a media noche y te esculpen con fuerza prodigiosa y te ahogan hasta rendirte. Y otros silencios son señal de un amor profundo, que respeta el tiempo que se ha vivido y se muestra temeroso por la distancia.  Temerosos respetuosos o perezosos, o una mezcla de los tres  Silencio al fin de cuentas que te causa escozor en la piel   Pero ese silencio que guardo dentro del pecho cuando pienso en ti, es un silencio como de mar en calma de contemplación infinita desde la cima de un monte anti

Fragilidad

Hay momentos en los que las palabras con-sentido escasean o simplemente se vuelven fútiles y vacías.   Hay momentos en los que las palabras sanan y salvan. Hay otros momentos en los que las palabras sobran. El altísimo nos ayude a tener la sabiduría necesaria para discernir entre uno y otro. Hoy elevo una oración por tu vida y por la mía, agradeciendo tus virtudes y defectos, con temor y temblor por la mía y por los míos, sabiendo que estamos en sus manos por misericordia, colocando delante de su mirada toda nuestra fragilidad humana. Humanidad llena de gracia imperfecta y por lo tanto humana, que nos acompañará mientras vivamos bajo esta piel pasajera. Una y otra vez tendremos que pedir disculpas, una y otra vez necesitaremos una palabra de misericordia, una y otra vez tendremos que aprender que la vida es más compleja e impredecible de lo que quisiéramos. Pero que, aun así, vale la pena ser vivida en comunidad. Con sus más y con sus menos Con sus subidas y bajadas  

Mis dolores de adentro

  De mis dolores de adentro, no te quisiera ni hablar   Son míos, son solo míos, para que te los voy a contar…   De pronto en la tardecita, llega hasta aquí dentro un lamento Tristeza de ver como el paso del tiempo suelta su sentencia perenne anuncia que el tiempo perdido, nunca jamás volverá   Que los yerros y pecados, nunca serán perdonados pues, aunque sean olvidados dejan cicatrices eternas   Que no volverán los trasnochos llenos de pasiones revueltas Ni los amaneceres perezosos al calor de una buena hoguera   Solo te queda el presente, la tarea cotidiana Los anhelos por servir al otro de mejor manera   El tiempo corre inexorable, tirano, robándonos la oportunidad y la fuerza   para intentar trascender antes que la noche caiga.      

La primera vez…(Alberto Puertas)

    No es la primera vez que veo a las nubes llorar con sentimiento desengañado. No es la primera vez que siento a la montaña crecer con cansancio inexplicado. No es la primera vez que escucho al viento hablar con rigor frustrado. No es la primera vez que miro al sol despertarse con brillo opacado. No es la primera vez que observo a la luna ocultarse con sufrimiento desesperado. No es la primera vez que presencio a los árboles mecerse con pasos apresurados. Aún así…es la primera vez que siento el crujir moribundo de mis huesos y la eternidad infinita de mis pensamientos.   Es la primera vez que espero a un cielo bonito y a un puente llevadero. Es la primera vez que nazco y muero y vuelvo a nacer…Es la primera vez y vivo…   Alberto puertas   Y de seguro no será la última vez Alberto..  No será la última vez que sintamos toda la pesadez del universo sobre nuestros hombros y nos sintamos desfallecer  Pero siempre, una y otra vez el altísimo nos dará la ce

A María de los Ángeles Meléndez Rojas. 12 Enero/1982 -Mayo 5/2020

Maestra de Honor Fernandista Nacida para enseñar Pero no solo para enseñar las artes y las ciencias de los lenguajes y la literatura, sino para enseñar con su ejemplo, como la vida se abre paso a través de cualquier dificultad y para cuestionar con su vida misma, la validez del supuesto derecho a abortar en circunstancias de malformación congénita del feto. Si ese hubiera Sido el caso, quienes la conocimos, quienes la leyeron y leerán su obra:” ¿Y si fueras como yo?”, nos hubiéramos perdido irremediablemente el inmenso privilegio de conocer no solo a un ser humano excepcional, sino también a una persona íntegra en sus dimensiones sociales y espirituales. Mujer de gran inteligencia conceptual y sobre todo emocional, maestra exigente y diligente, convencida por su propia experiencia, de que la educación puede transformar el mundo entero y la vida misma de quienes hemos creído en la palabra y que por la palabra de Fe, se pueden construir los sueños, y que no hay mejor camino má