El Ángel de la Muerte


Señor has liberado al ángel de  la muerte.
 Tú, único dueño de la vida, el mundo y todo lo que  en el habita.
Algunos dicen que por culpa de nuestros pecados contra el vecino y contra el planeta y por la malsana ambición de algunos, lo has liberado para depurar la vida, de toda la contaminación y el mal que se esparce sobre la faz de la tierra.
 Otros lo atribuyen a “causas  naturales”, que simplemente “suceden de cuando en cuando”, otra forma de desconocer tu poder y tu gracia.
Pero yo sé, que es tu voz llamándonos a la fe y también a la razón, para no olvidar que cada cosa que hacemos puede afectar a otros, que no somos una burbuja aislada flotando por el universo, que nos cubrimos con la misma piel, respiramos el mismo aire, tomamos de la mismas fuentes  y pertenecemos  a la misma especie.
También sabemos que la mortandad se detendrá a su tiempo, solo cuando tú, en tu infinita sabiduría y misericordia lo decida, por eso te imploramos misericordia, no solo para los que llamamos “nuestros”, sino también para los “Otros”.
Permítenos señor, aprender de estos tiempos tus lecciones, y salir transformados en mejores seres humanos pero sobre todo, mejores “personas”, conscientes y concientes de nuestra dependencia absoluta de ti, y de los que tú has colocado a nuestro lado.
 Danos serenidad, piedad y misericordia para el dolor del otro. Sabiduría que solo puede venir de lo alto.
 Te damos gracias señor, porque nunca nos has faltado, siempre has estado aquí, muchas veces en silencio, permítenos hoy señor, escuchar  tu voz.

 Amilkar

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