Mis dolores de adentro
De mis dolores de adentro, no te quisiera ni hablar Son míos, son solo míos, para que te los voy a contar… De pronto en la tardecita, llega hasta aquí dentro un lamento Tristeza de ver como el paso del tiempo suelta su sentencia perenne anuncia que el tiempo perdido, nunca jamás volverá Que los yerros y pecados, nunca serán perdonados pues, aunque sean olvidados dejan cicatrices eternas Que no volverán los trasnochos llenos de pasiones revueltas Ni los amaneceres perezosos al calor de una buena hoguera Solo te queda el presente, la tarea cotidiana Los anhelos por servir al otro de mejor manera El tiempo corre inexorable, tirano, robándonos la oportunidad y la fuerza para intentar trascender antes que la noche caiga.