¿Qué nos queda?
Que dolor tan absurdo Que un niño de mi escuela tenga que mendigar un “pancito para el desayuno” Que dolor tan inicuo que algunos de ellos terminen entregando sus vidas y su inocencia por algo menos valioso que un plato de lentejas Agonía inhumana endurecerse cada día para poder sobrevivir a la inoperancia, la corrupción y la indolencia de un sistema anacrónico y miserable. ¿Tan sólo queda esperar a que las cosas cambien? ¿Solo queda rogar por la misericordia de lo alto? ¿Sólo queda cerrar los ojos y abrirse a la insensibilidad y la impotencia personal? ¿Sólo queda esperar la próxima noticia nefasta pero anunciada de una nueva muerte prematura aquí o allá? ¿Nos queda solo el dolor y la angustia? ¿Que nos queda Señor , que nos queda? Septiembre 23 de 2016